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viernes, septiembre 29, 2006

Se cuestiona el método de "contar pataditas"

El hospital de Cruces cuestiona el método de contar 'pataditas' para controlar el embarazo (El Correo, 29/09/06)
El servicio de Ginecología considera que este procedimiento genera ansiedad en las madres y aporta escasa información del feto

Cada vez más especialistas en la atención a la mujer embarazada consideran que el recuento de las pataditas del bebé comienza a ser una técnica de limitada validez para el control del final del embarazo. En algunos casos, los menos, puede servir para tranquilizar a la madre, favorecer su reposo en las semanas previas al parto y hacerle sentirse más comprometida con su futuro bebé; pero no siempre es así. Los responsables del servicio de Ginecología y Obstetricia del hospital vizcaíno de Cruces han constatado que, a menudo, ésta es una práctica que genera en las madres tal ansiedad que «no parece recomendable su realización sistemática», según explicó el jefe de servicio de Obstetricia y Ginecología del centro, Txanton Martínez-Astorquiza.
Los movimientos del bebé en el interior del vientre materno se dejan notar a partir del cuarto o quinto mes del embarazo. A pesar de las apariencias, no son simples cambios de posición. Todas esas volteretas, saltos y piruetas, que resultan más evidentes cuanto más relajada está la mujer, forman parte del sistema de comunicación entre la madre y su hijo. Esa maravillosa sensación que es la formación de una vida deseada en el útero propio recuerda a la gestante que su pequeño sigue abriéndose paso, poco a poco. Para el niño, ésa es una de las pocas maneras que, de momento, tiene para dejar notar su presencia.
Vigilar los movimientos
El control del bienestar fetal constituye una de las principales preocupaciones de los profesionales sanitarios que atienden a la mujer embarazada. Tradicionalmente, si todo marcha bien y transcurre con la debida normalidad, las gestantes son invitadas a participar en la vigilancia de los movimientos fetales de diferentes maneras. Una de las prácticas más comunes consiste en pedirles que hagan algo que, sin duda, ya realizan por instinto natural: fijarse en los movimientos del bebé, que estén ahí y que sean siempre más o menos los mismos en número e intensidad. Otras veces, se les propone ir contando mentalmente el número de 'pataditas' y despreocuparse si al cabo del día son, al menos, diez.
Muchas matronas y servicios de Ginecología también optan por entregar a las embarazadas un documento en el que deben registrar todos los movimientos fetales que contabilicen después de cada comida, a la mañana, al mediodía, la tarde y la noche. Este sistema obliga a la mujer a permanecer «acostada del lado izquierdo o en una posición cómoda durante media hora» para ir sumando pataditas. «Si comprueba que la cifra total de movimientos del feto es menor de diez o va disminuyendo progresivamente durante tres días consecutivos, acuda a Urgencias de Maternidad para que podamos verificar la salud fetal», señala el documento de registro que reciben las gestantes de Osakidetza.
«Agobia un montón»
La experiencia ha demostrado, sin embargo, que este procedimiento no es ya el mejor método para el control de embarazos normales porque, según el especialista Juan Carlos Melchor, responsable de la consulta de Alto Riesgo de Cruces, existen en la actualidad pruebas más fiables del bienestar fetal y que aportan mejores resultados. «Estas actuaciones comenzaron a utilizarse en los años setenta, cuando había mucha preocupación por el control fetal y muy pocos recursos biofísicos. Hoy, sin embargo, están obsoletos, porque no nos dicen nada».
Martínez-Astorquiza corrobora estas palabras. «El recuento de los movimientos fetales es un método que no tiene validez científica y no sirve para tomar ningún tipo de decisiones. Si consideráramos que el bebe se mueve poco, tendríamos que poner en práctica otras soluciones, como la cardiotocografía (CTG)», un sistema de correas que permite el registro simultáneo de la frecuencia cardiaca fetal y de las contracciones uterinas de la madre.
«Muchas matronas, por lo que tengo entendido, han dejado de recomendarlo porque esto de ir apuntando palotes a cada rato estresa muchísimo», comenta Amaia, una mujer que ha dado a luz recientemente en Vizcaya. «Agobia un montón», subraya. «Creo que si tú vas notando a tu hijo y sientes que toda va bien no hay por qué preocuparse».
El hospital de Cruces estudia recomendar a los centros de salud de su ámbito de incidencia que deje de aplicar esta técnica de modo sistemático porque puede generar en las pacientes una «ansiedad gratuita», en palabras del jefe de Obstetricia y Ginecología. Los responsables del centro sostienen que el registro de los movimientos fetales «no ha demostrado su utilidad» para reducir los problemas del salud del feto, incluido la muerte, y que «en muchas ocasiones crea una excesiva ansiedad, innecesaria en las gestantes, por lo que no parece recomendable su realización sistemática». Esta misma opinión tienen en el hospital Donostia, en Guipúzcoa, donde simplemente descartan este método. En el centro alavés de Txagorritxu, sin embargo, siguen apostando por él.
¿Significa todo esto que los centros en los que siga realizándose estarán actuando mal? «No, de ninguna manera», responden al unísono los especialistas Martínez-Astorquiza y Melchor. «Nosotros decimos que no parece recomendable y que creemos que existen otras técnicas más eficaces, pero si se quiere hacer, que se haga. Si a la gestante le va bien, el del recuento es un método que no resulta lesivo, es barato y tampoco necesita aparataje», explican los expertos. «Además, a muchas mujeres, que trabajan dentro y fuera de casa, dos horas de reposo les vienen muy bien, tanto para ellas como para su futuro hijo».